Una de las columnas de Ale...
La cité des enfants perdus
La película de los franceses Jeunet y Caro, que tuvo el honor de abrir el Festival de Cannes de 1995, no tiene ningún parecido con su obra anterior, Delicatessen. Los dos films no parecen hijos de los mismos padres; y, sin embargo...
La Ciudad de los Niños Perdidos es un cuento lleno de poesía y, por eso, de ternura y de crueldad. Hay niños perdidos, envejecidos por el mal, y niños recobrados, siempre sencillos. Hay hombres y mujeres malos; los héroes son los buenos. Tras la lucha, triunfa el bien, y los malos son castigados.
En este cuento se narra la historia de un hombre perverso y poderoso, que, a pesar de su gran poder, envejecía, y no podía soñar. Sirviéndose de sus avanzados y malvados medios, consigue que le lleven niños a su ciudad flotante, y allí, con una tecnología diabólica, les roba los sueños...
La película inicia su sobrecogedora y fantástica aventura desde la tranquila y luminosa seguridad burguesa: es Navidad, y un niño sueña en Papá Noël. A partir de ahí, la cámara mágica de Jeunet y Caro lleva a los oscuros barrios portuarios frente a un mar siempre negro, donde, sin respiro, pero al ritmo cadencioso que un buen cuento requiere, se entrelazan mil peripecias, en variadísimos y sorprendentes interiores, con tipos de cuento novedosos y al mismo tiempo familiares.
Uno de los grandes aciertos es el de la escenografía y los decorados, que cooperan con su palabra a subrayar los muy variados matices de las acciones y sus personajes. Éstos, interpretados con eficacia por actores que fascinan con sus disfraces y caracterizaciones de inagotable imaginación: las pérfidas siamesas, los monstruos putrefactos, los encantadores clónicos (¿el original es el maligno o es el salvador?), las pulgas venenosas... No menos encanto tiene el torpe gigante One, que, guiado por la valiente y sabia niña Miette, a la que protege, va en busca de su hermanito a la espantosa ciudad flotante...
La incongruencia, la sorpresa, los maleficios... crean el requerido clima de misterio: ese fatídico suceder con que suceden las cosas en los cuentos, tenebrosos y felices.
Hay sin duda en La Ciudad de los Niños Perdidos mucha asimilación y citas de literatura y cinematografía clásicas, pero expresadas con aliento creativo, en una totalidad caótica y unitaria al mismo tiempo, atractiva.
No sé que de expresionismo fílmico hay en el lenguaje de La Ciudad de los Niños Perdidos; las avanzadas técnicas y sus efectos especiales quedan integrados en el cuento con el absurdo y la estética usada. El romanticismo tierno de ciertas situaciones se hace actual con un diálogo callejero y un mayor desgarro realista, y la risa y el humor.
Llena de símbolos y sugerencias, de muy diferentes tonos de luz —en la idea y visuales—, La Ciudad de los Niños Perdidos es casi un clamor de angustia por el hombre, por el niño... Pero caben muchas lecturas, y hasta un niño en edad (si sus padres juzgan que él puede verla) hará su personal lectura, quizá no global, pero sin duda profunda. En todo caso, cabe quedarse en la aventura externa, el miedo, dejarse encandilar por el atractivo para los ojos de los lugares, portentosos objetos, rarísimos seres, o niños. P.A.U.
Directores: Jean-Pierre Jeunet (cámara y actores) y Marc Caro (director artístico). Intérpretes: Ron Perlman (One), Daniel Emilfork (Krank), Judith Vittet (Miga), Dominique Pinon (Buzo/Clones), Jean-Claude Dreyfus (Marcello), Geneviève Brunet (El Pulpo), Mireille Mosse (Srta. Bismuto), Serge Merlin (Jefe de los cíclopes), Odile Mallet. Año: 1995. País: España/Francia. Producción: Claudie Ossard y Elías Querejeta, para Claudie Ossard Productions, Constellation Productions, Lumiere, Le Studio Canal Plus, France 3 Cinema y TeleMünchen. Guión: Gilles Adrien, Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro. Diálogos: Gilles Adrien. Música: Angelo Badalamenti. B.S.O.: East/West Dro. Fotografía: Darius Khondji. Diseño de decoracción: Jean Rabasse. Montaje: Herve Schneid. Estreno en Madrid: 11-VIII-95 (Acteón, Aluche, Canciller, Cid Campeador, Minicine, Renoir, Vaguada). Distribuidora cine: Alta. Distribuidora vídeo: Luna Llena. Duración: 112 minutos. Género: Aventuras fantásticas. Público apropiado: Jóvenes. Contenidos específicos: V S D.
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